La obra de Manuel Miño Grijalva constituye un interesante intento de explicación del funcionamiento de los diversos sectores de la actividad textil en Nueva España en el periodo comprendido entre 1700 y 1810. La hipótesis central de su investigación parte de la consideración de que la organización productiva del obraje, tal y como se había planteado en siglos anteriores, no era posible en el siglo XVIII. El sector textil solo salió de su estancamiento mediante la renovación que supuso el impulso del sector algodonero y la expansión del sistema de trabajo a domicilio y doméstico. El autor recoge en este volumen su hipótesis de 1983, y explica de manera nítida y documentada el paso de la concentración del trabajo que caracterizó al obraje colonial a un sistema desconcentrado y disperso de organización propio del trabajo a domicilio y doméstico, proceso que desembocó en una forma productiva textil más moderna caracterizada en este libro como "el camino hacia la fábrica". Este cambio de la lana al algodón y del obraje al tejedor doméstico, constituyó la respuesta económica más idónea a la organización obrajera, que se sustentó en una extendida y dinámica circulación interna.