En Moneda, seudomonedas y circulación monetaria en las economías de México, Ruggiero Romano afina, con gran agudeza, el análisis en torno al papel de la moneda en la historia de Europa y de Hispanoamérica. Parte de la pregunta básica: ¿qué cosa es la moneda en el sentido riguroso de la palabra? Para desarrollar la función de medio de cambio, medio de pago (aun diferido en el tiempo y en el espacio), medida de valor e instrumento de atesoramiento, la moneda debe tener necesariamente características bien determinadas: homogeneidad universalmente reconocida en la materia en la cual se acuña su divisibilidad, duración en el tiempo y manejabilidad. Lo que no responde a este conjunto de características y no cumple las funciones señaladas es seudomoneda. De tal suerte, un grano de pimienta durante el medioevo europeo, un grano de cacao en la sociedad azteca o una hoja de coca en el mundo incaico, usadas como medio de cambio o pago, no son moneda. Si existen contemporáneamente moneda y seudomonedas, se crean, sin poderse evitar, economías diferentes: una fundada sobre la circulación monetaria; otra basada en su opuesto, la seudomoneda. Dos esferas económicas que implican la superioridad de una sobre la otra y en donde el mecanismo de dominación se funda propiamente sobre la presencia de moneda.