Esta obra trata una de las etapas más críticas de la historia de México, tanto en el terreno nacional como en el internacional, ya que al derrocar al régimen huertista se escindieron los revolucionarios y el puerto de Veracruz estaba ocupado por las fuerzas norteamericanas desde hacía varios meses. La labor de Venustiano Carranza, como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y Encargado del Poder Ejecutivo de la Nación, fue ardua, infatigable y continua hasta lograr la desocupación del puerto de Veracruz sin condiciones ni compromisos, restableciendo en su integridad la soberanía nacional, a la que seguiría resguardando durante largos meses con firmeza y habilidad política ante las amenazas continuas de una intervención armada. Carranza estableció la capital de la nación en el puerto de Veracruz y allí precisamente prometió e inició su obra de legislación social con la colaboración de Luis Cabrera, Pastor Rouaix, José N. Macías, Luis Manuel Rojas y otros valiosos elementos de su gobierno. En Veracruz también sorteó Carranza crisis internas y desde ahí se coordinó el aprovisionamiento y los movimientos militares que llevaron a la victoria final al ejército carrancista. Las gestiones nacionales e internacionales de Carranza fueron secundadas por el gobernador del estado de Veracruz, Cándido Aguilar.