Pueblos indios, élites y territorio es un tejido de las redes económicas, políticas y sociales que hicieron posible al estado de Oaxaca. Jaime Bailón Corres nos hace un recorrido histórico ameno, iniciado en la época colonial, caracterizado por una relación conflictiva y fundamental que explicara el devenir de esa región sureña: la de las élites que la encabezaran, la de los pueblos indios que sobrevivirán y se reproducirán a pesar de las hambrunas, las enfermedades y las políticas y leyes desamortizadoras y la de un territorio agreste, pero rico en varias de sus zonas, que sera el punto de equilibrio para la relación de los dos actores anteriores. Con la independencia de México, en las regiones se gestaron sentimientos de autonomía y se fueron constituyendo sistemas de dominio que se encargarían de la reproducción de la dominación estatal en las entidades federativas. Esa situación continuaría en las etapas históricas posteriores, hasta llegar a nuestros días. Sin embargo, aunque supeditados a los sistemas regionales de dominio y al estado emergido en el siglo pasado, los pueblos indios de Oaxaca seguirán controlando la mayor parte del territorio. Esto permitirá una configuración de clases sociales en las que los grupos dominantes, ante la incapacidad de apropiarse de la mayor parte de la tierra, se perfilaran en otras actividades como las del comercio y la intermediación. Esta estructura sera determinante para entender las redes del poder político, ya que los dirigentes del estado regional no estarán ligados directamente a los propietarios agrarios y necesitaran del respaldo de los pueblos indios para mantenerse en el poder. Así, mediante el respeto a los procedimientos internos para elegir a sus autoridades, los pueblos indios de Oaxaca lograran también autonomía política, se reproducirán como tales y disputaran el control territorial, con la ley y con movimientos sociales, contra los particulares y contra otros pueblos indios. Por eso, aunque sin dejar de Ser explotados en los últimos siglos, su fortaleza política contrasta con lo ocurrido en el vecino estado de Chiapas.