El breve gobierno de Salvador Allende como presidente de Chile entre 1970 y 1973 provocó, desde sus inicios, una avalancha de análisis y comentarios. El golpe militar que destruyó el "experimento chileno" tuvo un efecto multiplicador y el interés por la Unidad Popular (UP) se reflejó en multitud de estudios. Estos abarcan todas las facetas del desempeño de la Unidad Popular, con pocas excepciones; una de ellas es la relación de Chile con la Unión Soviética. Este libro pretende llenar esta laguna con un doble objetivo. Por un lado, analizar la interacción entre las prioridades estratégicas e ideológicas de Moscú que, en el caso de la Unidad Popular, encarnaron en dos estilos de relación -formal (ligas económicas y diplomáticas) e informal (sobre todo, las relaciones intrapartidistas)-, para determinar el grado de compromiso que la URSS estaba dispuesta a adquirir frente a Chile. En segundo término en el libro se pretende determinar, a partir del estudio de las relaciones UP-Moscú, el perfil de la política soviética en Latinoamérica después de la Revolución cubana. Los acontecimientos recientes en América central dan especial importancia a la pregunta fundamental que el presente libro busca contestar, a fin de cuentas: después de Cuba, ¿estaba la URSS dispuesta a emprender una nueva operación rescate de otros experimentos socialistas en América Latina o había decidido que los costos para mantener una punta de lanza socialista eran ya muy altos y su apoyo a Cuba le otorgaba una reserva de prestigio suficiente como para intervenir nuevamente en el continente?