El archivo testimonial es una puesta en escena que permite la restitución de las subjetividades desde las contingencias de la vida cotidiana para que desde allí sean la fuente de unos testimonios que, por un lado, permitan el reconocimiento de la experiencia singular, y, por otro, puedan ser puestos en concurrencia con otros testimonios diversos en aras de construir y reconstruir las condiciones o circunstancias de la existencia social compartida. En este sentido, el archivo testimonial es una forma de crear vínculos, de promover lazos, de zurcir la alteridad con la polifonía, algo tanto más relevante o necesario en aquellas situaciones donde la sociabilidad misma está expuesta o amenazada. Así visto, el archivo testimonial resulta más que oportuno en medio de las condiciones que ha impuesto esta pandemia por el coronavirus, donde los confinamientos, los aislamientos y los distanciamientos pueden trascender el ámbito sanitario para constituirse en los mecanismos para que no pocos poderes pretendan imponer su administración del mundo social. Ante esto, el archivo testimonial recupera la complejidad de cada existencia para ponerla en relación con la existencia de muchos.